Novena a Nuestra Señora de la Dulce Espera, Día 8

Oraciones para todos los días

Señal de la cruz: En el nombre de Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Para arrepentirse de los pecados: “Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas. Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia, Ni retires de mí tu Santo Espíritu” (Salmo 51,3.12)

Jaculatoria: “Nuestra Señora de la Dulce Espera, Ruega por nosotros”

Día 8: Amar a Dios sobre todas las cosas
“Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: ‘¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!’ Jesús le respondió: ‘Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican” (Lc. 11,27-28)

Reflexión: Esta frase constituía una alabanza para María como madre de Jesús según la carne. Al evocarla, recordamos el evangelio de la infancia de Jesús, en el que María está presente como la madre que concibe al Hijo de Dios, lo da a luz y lo amamanta: la madre-nodriza a la que alaba una mujer de la multitud… Gracias a esta maternidad, Jesús es un verdadero hijo del hombre. Sin embargo, con su respuesta, el mismo Jesús quita vigorosamente la atención de la maternidad entendida sólo como vínculo de carne y la sitúa en aquel misterioso vínculo del Espíritu que se da en la escucha y la observancia de la Palabra de Dios.

Oración: María, muchachita de Nazaret, tú que viviste las dimensiones de lo humano y de lo femenino de manera perfecta, intercede por nosotros, para que seamos atentos escuchas de la Palabra de Dios. Aleja de nosotros todo lo que nos impida practicar lo que Jesús nos enseñó. Pon en nuestra boca tus palabras, tus intenciones y todo lo que pueda abrir nuestro corazón al bien y al amor.

A cada intención respondemos: “Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor.”

– Porque las mujeres puedan amamantar a sus hijos, dándoles su alimento y su amor.
– Para que todos los padres puedan ayudar a crecer a los hijos.
– Por los abuelos que colaboran con la educación cristiana de sus nietos.
– Por la intención con que rezamos esta Novena.

Rezar el Padrenuestro, Ave María y Gloria.

Bendice, María Santísima, a todas las personas mayores que colaboran con el cuidado y la atención de los niños. Amén.