Oraciones para todos los días
Señal de la cruz: En el nombre de Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Para arrepentirse de los pecados: “Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas. Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia, Ni retires de mí tu Santo Espíritu” (Salmo 51,3.12)
Jaculatoria: “Nuestra Señora de la Dulce Espera, Ruega por nosotros”
Día 4: “…Y llegó el momento de ser madre”
“Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.” (Lc. 2,6-7)
Reflexión: María da su consentimiento a la elección de Dios, para ser la madre de su Hijo por obra del Espíritu Santo. Y toda su existencia está marcada por la certeza de que Dios está a su lado y la acompaña con su providencia benévola.
Oración: Nuestra Señora de la Dulce Espera, ayúdanos a ser sencillos y pobres de corazón para alimentarnos de tu amor y crecer en fe y esperanza, sabiendo que todo lo debemos esperar de tu Hijo, nuestro Salvador. Ayúdanos a que, a semejanza tuya, vivamos con la certeza de que Dios está a nuestro lado y nos acompaña con su divina providencia.
A cada intención respondemos: “Por María, nuestra Madre, te lo pedimos Señor.”
– Por aquellas mamás que están a punto de parir.
– Por todos los que tienen en sus manos la vida humana.
– Para que todos los niños crezcan en un mundo de paz y amor
– Por las intenciones particulares con que rezamos esta Novena.
Rezar el Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Madre Santísima, bendice nuestro trabajo de cada día y que lo pongamos al servicio de la vida. Amén.