Novena al Espíritu Santo, Día 9

Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.

Oraciones para empezar todos los días

¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

Invocación al Espíritu Santo

Ven a nuestras almas

¡Oh Espíritu SANTO!

y del cielo envía

de tu luz un rayo.

Ven, padre de pobres,

ven, de dones franco,

ven, de corazones

lucido reparo.

Ven, consolador,

dulce y soberano,

huésped de las almas,

suave regalo.

En los contratiempos

descanso al trabajo,

templanza en lo ardiente

consuelo en el llanto.

Santísima luz de

todo cristiano,

lo íntimo del pecho,

llena de amor casto.

En el hombre nada

se halla sin tu amparo,

y nada haber puede

sin Ti, puro y santo.

Con tus aguas puras

lava lo manchado,

riega lo que es seco

pon lo enfermo sano.

Al corazón duro

doblegue tu mano,

y ablande las almas

que manchó el pecado.

Vuelve al buen camino

al extraviado,

y al helado enciende

en tu fuego santo.

Concede a tus fieles

en Ti confiados

de tus altos dones

sacro setenario.

Aumento en virtudes

haz que merezcamos,

del eterno gozo

el feliz descanso.

Amén.

Día Noveno

¡Oh Espíritu Santo! Caridad esencial que, difundida en los corazones humanos, los divinizáis comunicándoles todas las divinas gracias que se incluyen en nuestros siete dones, y comprenden cuanto necesita la vida espiritual, propia de cada uno, y la que deseáis se comunique a todos los hombres: difundidlos, ¡oh Caridad santísima! en mi corazón tan pobre de vuestros siete dones, y que con ellos publique vuestras grandezas. ¡Oh Dios misericordioso! Vos, que antiguamente llenasteis en este dichoso día los pechos apostólicos de vuestra gracia, llenad los nuestros de vuestros divinos carismas, concedednos tranquilos tiempos, confirmad las gracias que os hemos pedido en esta Novena, si son para mayor gloria vuestra y bien de nuestras almas. Amén.

Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD.

Oraciones Finales para todos los días

Himno al Espíritu Santo

¡Ven, oh Creador Espíritu!

nuestras almas visitad,

los pechos, que Vos criasteis,

llene gracia celestial.

Pues sois Paráclito Espíritu,

Don del Padre celestial,

fuente viva, sacro fuego,

unción santa, espiritual.

En tus dones setifornes,

tu promesa paternal,

dedo eterno de Dios Padre

nuestras lenguas inflamad.

Ilustrad nuestros sentidos,

el corazón inflamad,

nuestros cuerpos, que son flacos,

con vuestra virtud armad.

Apartad los enemigos,

danos la divina paz

y siendo Vos nuestra guía

huyamos toda maldad.

Par Vos al Padre y al Hijo,

en esta vida mortal

conozcamos, y creamos

siempre tu Divinidad.

A Dios PADRE sea gloria,

al HIJO gloria inmortal

y al Espíritu PARÁCLITO

por toda la Eternidad.

Amén.

Oración

¡Oh Espíritu Santo! Divinísimo consolador de mi alma, fuego, luz y celestial ardor de los corazones humanos, si es para gloria de vuestra Majestad que yo consiga lo que deseo y pido en este día, dignaos concedérmelo benignamente; y sino dirigid mi petición, dándome las gracias que ha de ser para vuestra mayor gloria y bien de la salvación de mi alma. Amén.

Ahora cada uno se recogerá interiormente y pedirá la gracia que más necesite.

Hecha la petición, se concluirá todos los días con antífona, verso, respuesta y oración siguientes:

Antífona para el Noveno Día

Hoy se completaron los días de Pentecostés, aleluya; hoy se reproducen los felices gozos, cuando el Espíritu Consolador bajó sobre sus Apóstoles, aleluya; hoy, rayando el resplandor del divino fuego, reposó el Espíritu Santo en forma de lenguas sobre ellos, aleluya; hoy les hace fecundos en palabras, les inflama de su amor y les llena de’ sus innumerables carismas, aleluya, aleluya.

V. Fueron todos llenos del Espíritu Santo, aleluya.

R. Y comenzaron a hablar en varias lenguas, aleluya.

Oración

Oh Dios, que habéis instruido los corazones de los fieles con la ilustración del Espíritu Santo, dadnos el sentir rectamente con este mismo Espíritu, y gozar siempre de su consolación. Por Jesucristo Señor nuestro, tu Hijo, que vive contigo y reina en la unidad del mismo Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.