Los Diez Mandamientos

Los Diez Mandamientos son el envío de Dios a los hombres, las normas, la guía para ganarnos la eternidad junto a él. Fueron entregados a Moisés en el Sinaí para ayudar a su pueblo a cumplir la ley divina.

La primera referencia se encuentra en el segundo libro del Antiguo Testamento, Éxodo, Capítulo 20, Versículos del 1 al 20 (Ex 20:1-17), la siguiente es la transcripción tomada de la Biblia Católica:

1 Entonces Dios pronunció estas palabras:
2 Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar en esclavitud.
3 No tendrás otros dioses delante de mí.
4 No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas.
5 No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen;
6 y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.
7 No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque él no dejará sin castigo al que lo pronuncie en vano.
8 Acuérdate del día sábado para santificarlo.
9 Durante seis días trabajarás y harás todas tus tareas;
10 pero el séptimo es día de descanso en honor del Señor, tu Dios. En él no harán ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el extranjero que reside en tus ciudades.
11 Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día sábado y lo declaró santo.
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te da.
13 No matarás.
14 No cometerás adulterio.
15 No robarás.
16 No darás falso testimonio contra tu prójimo.
17 No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni ninguna otra cosa que le pertenezca.

También, se puede encontrar una segunda referencia en el libro del Deuteronomio 5:5-22

5 Mientras yo hacía de intermediario entre el Señor y ustedes para anunciarles su palabra, porque ustedes, atemorizados por el fuego, no habían subido a la montaña. El Señor dijo:
6 Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud.
7 No tendrás otros dioses delante de mí.
8 No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas.
9 No te postrarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen:
10 Y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.
11 No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque él no dejará sin castigo al que lo pronuncie en vano.
12 Observa el día sábado para santificarlo, como el Señor, tu Dios, te lo ha ordenado.
13 Durante seis días trabajarás y realizarás todas tus tareas.
14 Pero el séptimo día es día de descanso en honor del Señor, tu Dios. En él no harán ningún trabajo ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún otros de tus animales, ni tampoco el extranjero que reside en tus ciudades. Así podrán descansar tu esclavo y tu esclava, como lo haces tú.
15 Recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor te hizo salir de allí con el poder de su mano y la fuerza de su brazo. Por eso el Señor, tu Dios, te manda celebrar el día sábado.
16 Honra a tu padre y a tu madre, como el Señor, tu Dios, te lo ha mandado, para que tengas una larga vida y seas feliz en la tierra que el Señor, tu Dios, te da.
17 No matarás.
18 No cometerás adulterio.
19 No robarás.
20 No darás falso testimonio contra tu prójimo.
21 No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás su casa, su campo, su esclavo, su esclava, su buey, su asno ni ninguna otra cosa que le pertenezca.
22 Estas son las palabras que el Señor les dirigió en la montaña, cuando todos ustedes estaban reunidos. El les habló con voz potente, desde el fuego, la nube y una densa oscuridad. No añadió nada más, sino que escribió esas palabras en las dos tablas de piedra que me entregó.

Jesucristo confirmó los Diez Mandamientos y los perfeccionó con su palabra y con su ejemplo, hechos descritos en el Nuevo Testamento. Adicionalmente, podemos encontrar una explicación amplia de estos hechos en el Catecismo de la Iglesia Católica.

Nuestro amor a Dios se manifiesta en el cumplimiento de los Diez Mandamientos y de los preceptos de la Iglesia. Nosotros los Católicos, siguiendo las palabras de Jesús, dividimos los mandamientos, básicamente en dos: amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a uno mismo, y más aún, como Cristo nos amó. Jesucristo dice: Si quieres salvarte, cumple los mandamientos.

En resumen, ¿cuáles son los Diez Mandamiento de la Ley de Dios?

Los Diez Mandamientos

 

Aquí un Post interesante de EWTN acerca de cómo defender el tema cuando se nos acusa de haber quitado algún mandamiento o no cumplirlos al pie de la letra. CLICK AQUI.