Novena al Padre Pío de Pietrelcina, Día 9

DÍA NOVENO

LA ORACIÓN DEL PADRE PÍO

Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición: Dios mío me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido porque eres infinitamente bueno. Dame tu santa gracia para no ofenderte más. Amén.

Padre Nuestro y Ave María.

Credo: Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Reflexión:

El padre Pío repetía con frecuencia: Se busca a Dios en los libros, pero se lo encuentra en la oración. Si hoy no se cree, se debe a la falta de oración. Más se ora, más aumenta la fe y se encuentra a Dios. El padre Gabriel Amorth, amigo e hijo espiritual del padre Pío, dijo: “El padre Pío, cuanto más avanzaba en edad, más sentía la necesidad de aumentar la oración. La necesidad de la oración le era sugerida por la conciencia de saberse indigno, se sentía un gran pecador, con el riesgo de poder perder la fe. Por ello ha sido siempre un gran pedigüeño de oración. Yo sabía que sí quería verlo iluminado de gozo, no tenía más que decirle: “Padre rezo por usted”.

El padre Pío se había definido a sí mismo: Un fraile que ora. Sus biógrafos lo definen como a san Francisco de Asís. “Un hombre hecho oración”. Los continuos llamados del Papa Pío XII a la oración para que terminara la guerra, encontraron en el padre Pío una respuesta concreta. Él fundó sus ya famosos grupos de oración, que definió: “Semilleros de fe, hogares de amor en los cuales Cristo mismo está presente cada vez que se reúnen para la oración bajo la guía de sus directores espirituales”. La oración principal que se reza en estos grupos, es el santo rosario y una breve reflexión sobre algún mensaje espiritual y los ejemplos de la vida santa del padre Pío.

Pronto tuvieron mucha difusión en Italia y en todo el mundo. El mismo Santo Padre, Juan Pablo II, dijo que los grupos de oración son una de las herencias espirituales más preciosas que nos dejó el santo.

Oración final:

San Pío de Pietrelcina, te pedimos nos enseñes la humildad de corazón, para ser considerados entre los pequeños del Evangelio, a los que el Padre prometió revelar los misterios de su Reino.

Ayúdanos a orar sin cansarnos jamás con la certeza de que Dios conoce lo que necesitamos antes de que se lo pidamos. Alcánzanos una mirada de fe capaz de reconocer prontamente en los pobres y en los que sufren el rostro mismo de Jesús. Protégenos en la hora de la lucha y de la prueba y, si caemos, haz que experimentemos la alegría del sacramento del perdón. Transmítenos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y Madre nuestra. Acompáñanos en la peregrinación terrena hacia la patria feliz, a donde esperamos llegar también nosotros para contemplar eternamente la gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oremos:

Dios todopoderoso y eterno, que nos diste en san Pío de Pietrelcina un modelo insigne de oración, haz que nuestra vida transcurra en una constante y ferviente unión contigo, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.